En la Sierra Norte de Puebla, el sitio arqueológico Tetelihtic emerge como un testimonio de la relación entre los antiguos pueblos mesoamericanos y el cosmos. Este asentamiento prehispánico, situado en el municipio de Teteles de Ávila Castillo, ha sido investigado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) durante más de una década, en colaboración con el Gobierno de Puebla, el ayuntamiento local y la asociación civil Tzoncoyotl. Este proyecto ha revelado hallazgos de gran relevancia, como la alineación de la pirámide principal con la estrella Canopus y su posible vínculo simbólico con la deidad nahua Nantehuitz, conocida como “nuestra madre del sur.”
Tetelihtic, cuyo nombre significa “montículos de tierra,” fue un centro de culto y peregrinación que alcanzó su apogeo entre el 200 a.C. y el 100 d.C., en el periodo Formativo Terminal. Sin embargo, el sitio sufrió una desocupación de más de cuatro siglos, para luego ser reutilizado en el Epiclásico (650-900 d.C.). Durante esta fase, se han encontrado elementos significativos de la cultura totonaca, como cerámica del tipo Maxtlaloyan y un pozo ceremonial en la Estructura 2, donde se hallaron restos de una ofrenda que incluía carbón, fragmentos cerámicos y una palma esculpida en forma de serpiente, símbolo característico de dicha cultura.
La conexión entre Tetelihtic y la civilización totonaca, reconocida también en sitios como Yohualichan, en Cuetzalan, y El Tajín, en Veracruz, sugiere que este asentamiento podría haber sido un precursor de esa rica tradición cultural del Golfo de México. Las excavaciones actuales revelan que la orientación y la arquitectura de las estructuras de Tetelihtic responden a un profundo conocimiento astronómico. La pirámide principal, de planta cuadrangular y 12 metros de altura, se alinea con la aparición de la estrella Canopus, evento que marcaba el inicio del calendario mesoamericano. Por su parte, la Estructura 2 servía como plataforma para la observación del curso solar, evidenciando la función ceremonial y científica del sitio.
El esfuerzo por preservar y consolidar las estructuras de Tetelihtic ha sido impulsado por el Centro INAH Puebla y el equipo liderado por el arqueólogo Alberto Diez Barroso Repizo. Además, un museo de sitio en desarrollo mostrará los resultados de estas investigaciones, acercando al público el conocimiento sobre esta antigua civilización. El director del Centro INAH Puebla, Manuel Villarruel Vázquez, resalta el apoyo del Gobierno de Puebla para la preservación de este legado arqueológico. Tetelihtic, con al menos 16 montículos ceremoniales, podría abrir sus puertas como zona arqueológica, integrándose a la oferta cultural del estado y ofreciendo a las nuevas generaciones un vínculo directo con las prácticas astronómicas y religiosas de los pueblos originarios de México.